Infinitos.

No suelo hablar de ti, ni de tu preciosa sonrisa, ni de tus ojos en los que podría perderme todo el día, ni tampoco de tu pelo, del que estoy completamente enamorada; no suelo, pero créeme, es necesario. ¿Conocéis esa sensación de haber perdido algo cuando ni siquiera lo has tenido? Pues así, ni bien ni mal, simplemente así. Ya queda poco, tampoco es que hubiera mucho, pero cuando de verdad  sientes que eres importante para alguien, cuando crees que la vida depende de una cuerda y esa cuerda es la que más te gusta, es tu cuerda, cuando puedes estar en silencio con alguien y no sentirte incómodo, cuando hasta la más mínima cosa que haga por ti, es lo más importante; o cuando te dice te quiero, y sientes que es de verdad, pues ahí, en ese instante, cuando en realidad sientes que es cierto, que todo es cierto, yo sentía que éramos infinitos.